Victoria Bell, gerente de una agencia de viajes en Chula Vista, ha puesto en marcha una fórmula para que las jóvenes puedan tener fiesta y viaje.
No son pocas las quinceañeras que se quedan siempre con la duda de si hubiera sido mejor un viaje que una fiesta o viceversa. Ahora, con un poco de amplitud de miras, pueden tener las dos cosas a través de un plan perfecto para muchas familias, la quinceañera en un crucero por el Caribe.
La responsable de la idea es Victoria Bell, una española afincada en Chula Vista y con un ojo para las aventuras empresariales. Bajo la bandera de la compañía que representa, San Diego Travel Group, esta emprendedora es la capitana de los cruceros para jovencitas, una iniciativa que está empezando a levantar el vuelo.
Bell se encarga de coordinar todos los esfuerzos e incluso acompaña a las familias en el barco. El proceso funciona en grupo, con las jóvenes trabajando juntas para una sola celebración en la que cada una tiene sus 15 minutos de gloria frente a sus invitados.
“Una vez que se suben al barco y se hacen amigas ya no quieren hacer nada solas. La gente interactúa y da mucho orgullo a los papás ver a sus hijas desfilar, como una gran pasarela de quinceañeras”.
Suelen ser un mínimo de diez familias y hasta un máximo de 15, cada una encargada de llevar a sus invitados, que no suelen ser menos de 20, “aunque hemos llegado a tener hasta 75 personas para una sola chica”.
A bordo les ofrecen un paquete completo con barra libre y un baile de hora y media con aperitivos, además de una ceremonia colectiva pero con dedicatorias para cada niña. “Es una estupenda posibilidad para tener una fiesta soñada, vacaciones en el mar y con sus familiares”.
Bell explica que hay un vals y un baile sorpresa que se encargan de diseñar entre todas una vez que se conocen en el barco, toda una experiencia que disfrutan las familias pese a la pérdida de intimidad que supone el hacer la fiesta tradicional en una salón.
Por eso este año calcula que hará unos siete viajes con distintos grupos, ya que la popularidad del crucero ha ido aumentando con el paso de los años. Las jóvenes en California salen desde Texas, y de ahí rumbo a la Riviera Maya durante una semana.
Bell opera desde California pero ya tiene planes de realizar viajes a Texas para vender su idea. “Tiene muchísimo potencial una vez que se supera el miedo inicial. Algunos piensan que un crucero es muy caro, que nadie va a venir, pero yo les doy hasta un año para pagar, y con esos plazos ya lo tienen todo resuelto”.
Todo ello desde su oficina en Chula Vista, a siete millas de la frontera con Tijuana y en un lugar donde la quinceañera goza de muy buena salud.
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