La respuesta típica de una quinceañera llegado el momento sobre lo que quiere hacer con su día especial suele ser el de decantarse por una fiesta por todo lo alto con sus amigos. La opción del viaje, sin embargo, puede ser una de las más inteligentes y duraderas, una experiencia para conservar eternamente en el subconsciente.
Y entre todos los destinos, Las Vegas se erige como uno de los predilectos para todos los públicos, desde las adolescentes hasta los adultos que las acompañan. Al fin y al cabo, en la ciudad del neón y el desierto hay alternativas para todas las edades y los gustos.
En el caso de los adolescentes, ya en puertas de poder entrar a jugar en los casinos y poder disfrutar de los placeres del resto de los adultos, hay gran cantidad de cosas que se pueden hacer sin recurrir al juego o al alcohol. Los numerosos espectáculos que abundan en la ciudad son uno de ellos, con énfasis en el considerado por muchos como el de mayor calidad, el del Circo del Sol.
La compañía con sede en Montreal ofrece seis espectáculos permanentes que llevan años siendo referencia en Las Vegas, empezando por “O”, el más prestigioso y el segundo más longevo, instalado en el Bellagio desde 1998, y un placer para los sentidos con su enorme tanque de agua contenido en un teatro construido especialmente para la ocasión.
Y si no, está el show dedicado a la legendaria banda británica “The Beatles” o al mito de Elvis Presley. “Zumanity”, “Ka” y “Mystere” completan la oferta de este circo fabuloso.
Una vez fuera, las opciones de restaurantes, buffets y lugares para disfrutar es interminable con la idea de pasar una noche gastronómica apoteósica. Hamburguesas gigantes, comida china, tailandesa o mexicana. Todo es posible en Las Vegas.
Después está la opción de las tiendas. En la principal ciudad de Nevada están las mejores y más originales del mundo, marcas como Gucci, Sephora, Louis Vuitton, Christian Dior, Guess, Abercrombie & Fitch, NikeTown, Burberry o Jimmy Choo, presentes en los innumerables centros comerciales y galerías que ofrecen los casinos.
Lo particular es que ofrecen productos que solo existen en Las Vegas, por lo que la experiencia para las jovencitas puede ser monumental. Hay mucho donde elegir.
También se puede aprovechar Las Vegas para pasar un buen rato en un parque temático. Si lo que se busca es aventura, el casino Circus Circus tiene varias atracciones en su interior como una montaña rusa, actividades acuáticas y hasta una pared para escalar. Y todo ello cubierto, para evitar las inclemencias del frío o del sol, según la temporada.
Además, se pueden visitar distintas partes del mundo, en sentido figurado, claro está. Un día en París, dentro del majestuoso casino con réplicas de los principales monumentos dela capital francesa; otro en Nueva York, con montaña rusa incluida en el exterior del casino y junto a un ‘skyline’ falso; y otro en Venecia, paseando en góndola por sus canales artificiales.
Todo es posible en Las Vegas para no aburrirse. Y si los casinos y su ‘strip’ no son suficientes, otra opción es subirse a un helicóptero para ir a visitar en un solo día el majestuoso cañón del Colorado, una experiencia inolvidable para los que tienen esa suerte.
Si volar no es una opción por cuestiones de economía o simple temor a las alturas, dos horas en coche son suficientes para plantarse en la inmensidad del cañón, con la idea quizá de pasar un día o dos, hacer senderismo y regresar a los neones y los casinos.
Es Las Vegas, una ciudad que no se cansa de entretener a los millones de turistas que recibe cada año, y que siempre reparte emociones fuertes a quien la visita, no importa qué edad tengan.
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